¿Por qué es tan difícil medir la deforestación?

¿Por qué es tan difícil medir la deforestación?

Introducción

La deforestación implica un cambio dramático en la cobertura de vegetación y el uso de suelo que puede observarse fácilmente desde el espacio. La Figura 1 muestra una serie de imágenes satelitales particularmente llamativa de un asentamiento en el Municipio de San Julián, al norte de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia entre 1975 y 2021.

Figura 1: Imágenes satelitales de San Julián en 1975, 1986, 1995, 2005, 2017 y 2021.

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Fuente: https://eros.usgs.gov/media-gallery/earthshot/san-julian  

Este ejemplo sugiere que la deforestación debería ser bastante fácil de detectar y que a su vez tiende a ser un proceso irreversible. En este blog mostraremos que, tanto definir la deforestación como medirla es en realidad bastante complicado.

¿Cuántos árboles se necesitan para hacer un bosque?

Para empezar, es necesario definir qué constituye un bosque. La definición más generosa de bosque permitida por la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC) es un área de al menos 0.05 hectáreas (500 m2), con una cobertura de dosel arbóreo de más del 10%, y árboles con el potencial de alcanzar una altura de al menos 2 metros en su madurez. Esto significa que un árbol con una copa de 8 metros de diámetro puede contar como bosque.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define el bosque como una extensión de tierra de más de 0.5 hectáreas con árboles de más de 5 metros de alto y una cobertura de dosel arbóreo de más del 10%, o árboles capaces de alcanzar estos umbrales in situ. No incluye tierra que es predominantemente de uso agrícola o urbano, por tanto, se excluyen plantaciones de árboles frutales o de palma aceitera, así como los sistemas agroforestales con cultivos que crecen debajo de cubierta arbórea (FAO, 2023).

En Bolivia, la definición oficial de bosque es un área de al menos 1 hectárea, con un dosel arbóreo de más del 10% y árboles con el potencial de alcanzar una altura mínima de 3 metros (Bolivia, 2023). Esto significa que toma al menos 20 árboles grandes, o muchos árboles pequeños, para hacer un bosque en Bolivia.

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Operacionalizando la definición de bosque

A continuación, es necesario operacionalizar la definición de bosque.  La única manera de hacer esto a escala y a un costo razonable es haciendo uso de imágenes satelitales. Sin embargo, las imágenes de satélite no miden directamente la altura y la densidad de los árboles, sino la energía electromagnética emitida desde el suelo. Dado que los diferentes tipos de vegetación absorben y reflejan la energía electromagnética del sol en diferentes grados a diferentes longitudes de onda, estas diferencias se pueden usar para predecir el tipo de cobertura terrestre. El proceso para hacer esto implica varios pasos altamente técnicos y computacionalmente exigentes.

Las imágenes satelitales primero deben pre procesarse para reducir las diferencias no deseadas que podrían generar errores, por ejemplo la variación causada por diferentes ángulos solares, diferentes ángulos de visión del sensor o diferentes condiciones atmosféricas. Luego se utilizan algoritmos de aprendizaje automático (machine learning) para segmentar objetos y clasificarlos en diferentes clases de cobertura terrestre (1). Para píxeles con una densidad de vegetación muy baja o muy alta (por ejemplo, salares y selva amazónica), la clasificación es relativamente fácil, pero los píxeles intermedios pueden ser un desafío. La cobertura de nubes generalizada sobre los bosques húmedos tropicales también es un desafío (Balboni et al., 2022). Para minimizar los errores de clasificación, se aplican varios filtros lógicos y los resultados se comparan con observaciones sobre el terreno, clasificación manual u otros productos de teledetección. Después de un largo proceso de evaluación y validación, se producen una serie de mapas de cobertura del suelo, que pueden usarse para detectar bosques y cambios en la cobertura forestal.

Todo esto es una gran hazaña que requiere una extensiva colaboración internacional y una enorme potencia computacional, que solo recientemente se ha vuelto técnicamente factible. En abril del 2023, MapBiomas Bolivia puso a disposición de manera abierta una colección completa de mapas anuales de cobertura de suelo de alta resolución para Bolivia, desde 1985 a 2021 (ver https://bolivia.mapbiomas.org). La resolución es 30 x 30 metros, esto implica que cada mapa que cubre la extensión total del país cuenta con 1.2 billones de pixeles.

MapBiomas distingue 14 diferentes tipos de cobertura de suelo, dos de las cuales son bosque (bosque y bosque inundable); tres son formación natural no forestal (formación no forestal inundable, formación campestre o herbazal, otra formación natural no forestal); otras tres son de uso agropecuario (pasto, agricultura y mosaico de usos), las clases restantes son áreas sin vegetación (infraestructura urbana, minería, salares, ríos y lagos, glaciares y otra área sin vegetación).

La figura 2 muestra como han cambiado estas categorías en Bolivia entre 1985 y 2021. La cobertura de suelo de Bolivia sigue siendo predominantemente forestal y de área natural no forestal, aunque el área dedicada al uso agropecuario ha incrementado significativamente, de 2.7 millones de hectáreas en 1985 a 10.7 millones de hectáreas en 2021. El incremento anual neto de cobertura agropecuaria durante todo el periodo fue de 221 mil hectáreas por año, pero el ritmo de expansión se ha acelerado con el pasar del tiempo y alcanzó un ritmo de 654 mil hectáreas anuales en los últimos años.

El área dedicada a la minería estuvo a su más alto nivel en 2021 pero sólo ocupa 5.8 mil hectáreas, esta cantidad se hace invisible en el gráfico y claramente este cambio de cobertura no es una causa substancial de la pérdida de bosque (aunque tiene otros impactos ambientales desastrosos). De manera similar, la infraestructura (construcciones, caminos, etc.) ocuparon un récord de 181.7 mil hectáreas el 2021, pero igualmente es poco visible en el gráfico. Entonces, el espacio ocupado por infraestructura no es muy importante, pero es bien conocido que la infraestructura caminera es un importante impulsor indirecto de la deforestación.

Figura 2: Cambios en la cobertura de suelo en Bolivia, 1985-2021

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Fuente: Elaboración de los autores con base a datos de los mapas de cobertura de MapBiomas.

¿Qué implica la deforestación?

De acuerdo a la FAO (2003), la deforestación es “la conversión del bosque a otro tipo de uso de suelo independientemente si es o no inducido por el ser humano”. El término incluye áreas de bosque convertidas en agricultura, pastos, reservorios de agua, minería y áreas urbanas; así también, incluye aquellas áreas donde el impacto de la perturbación, la sobreutilización o el cambio de condiciones ambientales afecte al bosque de tal manera que ya no pueda sostener una cobertura de dosel por encima del umbral del 10%. El término excluye específicamente áreas donde se hubiesen removido árboles como resultado de la extracción o tala de aprovechamiento forestal, y donde se espera que el bosque se regenere de manera natural o con la ayuda de medidas silvícolas.

Nótese que la FAO usa el término ‘uso de suelo’ mientras que MapBiomas provee mapas de ‘cobertura de suelo’. Esta distinción complica enormemente la medición de la deforestación. Mientras que la ‘cobertura de suelo’ describe las características físicas visibles del suelo, el ‘uso de suelo’ se centra sobre las actividades humanas y los fines previstos para los cuales se destina el suelo (silvicultura, agricultura, conservación, etc). Lo primero puede ser inferido con relativa facilidad a partir de imágenes satelitales, pero aún ningún satélite puede leer las intenciones humanas.

Consideremos una posible secuencia de eventos. Un agricultor está talando y quemando el bosque que se encuentra en una parcela suya de 10 hectáreas para obtener un suelo fresco, rico en nutrientes y libre de plagas para el cultivo. Pero fue descuidado y el fuego se expandió y quemó un total de 100 hectáreas de bosque y parte de éste se encuentra dentro de un área protegida cercana. El agricultor solo cultiva la parcela que originalmente había planeado quemar, entonces solo una pequeña parte del bosque quemado cambia de bosque a agricultura, lo que claramente se consideraría deforestación. El resto de las transiciones son de bosque a otro tipo de vegetación natural, lo cual podría contar como ‘pérdida de bosque’ pero no necesariamente como ‘deforestación’ ya que esa área no fue intencionalmente quemada por el agricultor y tampoco fue cultivada al no contar el agricultor con los recursos para ello, entonces no hay cambio en el uso de suelo.

El bosque volverá a crecer si no hay más intervenciones. Sin embargo, un par de años despues el agricultor obtiene un crédito bancario y decide convertir parte de ese bosque accidentalmente quemado en pastos para cría de ganado. Esto implica una transición de área natural no forestal a pasturas, pero ya que no hay bosque en esta reciente transición no se consideraría como deforestación. Entonces, lo que originalmente fue bosque se convirtió en pastos tres años después, sin que ninguna de las transiciones anuales fuera registrada como deforestación. Esto significa que el periodo de medición es claramente importante. Mientras tanto, el bosque quemado dentro del área protegida puede regenerarse, y al cuarto año figurar como bosque en las imágenes satelitales. De acuerdo a la definición de deforestación de la FAO, ningún suceso registrable habria sucedido allí, pero en realidad el bosque joven regenerado es muy diferente al bosque maduro que fue quemado.

Este ejemplo simple, muestra cuán difícil es definir y medir la deforestación, pese a la reciente abundancia de datos de cobertura de suelo disponible de manera gratuita. El problema se puede superar parcialmente si adoptamos conceptos alternativos basados en ‘cobertura de suelo’ en vez de ‘uso de suelo’. Global Forest Watch, por ejemplo, usa el término ‘pérdida de cobertura arbórea’ en vez de ‘deforestación’, ya que es un término mucho mas cercano a lo que realmente puede ser medido con base en datos satelitales.

La definición oficial de deforestación en Bolivia es “la pérdida de bosque como consecuencia directa de las actividades humanas sobre la naturaleza por diversas causas, entre ellas se pueden citar los desmontes, las quemas, los incendios forestales y el aprovechamiento forestal indiscriminado” (Bolivia, 2023). Esta definición no requiere el cambio de uso de suelo, lo que significa que es más fácil relacionarla directamente a los cambios en los mapas de cobertura de suelo y probablemente está más cercano a lo que nos interesa en términos de resultados.  Por tanto, lo que podría no contar como deforestación para la definición de la FAO, contará como deforestación de acuerdo a la definición boliviana oficial. Aún tenemos que excluir procesos naturales (como deslizamientos, huracanes, cambio de curso de los ríos y plagas que eliminan árboles), pero éstos son probablemente menores comparados con los cambios antropogénicos en Bolivia.

Pérdida de la cobertura forestal y ganancia de la cobertura forestal

Si consideramos ‘pérdida de cobertura forestal’ todas las transiciones que van de bosque a cualquier otro tipo de cobertura y ‘ganancia de cobertura forestal’ a todas las transiciones que pasan de otro tipo de cobertura a bosque, obtenemos los siguientes cambios anuales en Bolivia para el periodo de 1985-2021. La pérdida anual de cobertura forestal fluctúa entre 228 mil y 583 mil hectáreas, mientras que la ganancia anual de cobertura forestal fluctúa entre 126 mil y 246 mil hectáreas. La pérdida de cobertura forestal muestra una tendencia creciente significativa a lo largo del tiempo, mientras que la ganancia de cobertura forestal es relativamente constante a lo largo del tiempo (ver figura 3).

Figura 3: Pérdida y ganancia anual de cobertura forestal en Bolivia, 1985-2021

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Fuente: Elaboración de los autores basada en los datos estadísticos de transiciones de MapBiomas.

La sustancial ganancia de cobertura forestal que indica la figura 3 es sorprendente. Estos datos sugieren i) que la deforestación no es tan permanente como pensábamos y frecuentemente le sigue un proceso de regeneración natural de los bosques, ii) que existe pérdida natural de cobertura forestal que no puede ser considerada como deforestación, o III) que hay significativos problemas de clasificación errónea de los datos. Aclarar estas opciones es importante para definir tanto la deforestación como la reforestación/regeneración. Es necesario realizar un análisis de duración para distinguir entre clasificación errónea, cambios transitorios y cambios duraderos, lo que significa que la estimación precisa de la deforestación no se puede hacer simplemente comparando pixeles de un año a otro.

Analizando las transiciones con más detalle

El número potencial de trayectorias únicas de la cobertura de suelo anual que puede haber entre 14 tipos de cobertura de suelo a lo largo de 35 años da lugar a una cantidad astronómica de posibles transiciones. En realidad, ‘solo’ unos cuantos cientos de miles de trayectorias son observados en Bolivia. En esta sección analizaremos las transiciones observadas en el Municipio de San Julián (el municipio del cual se presentaron imágenes satelitales en la introducción del presente blog) así como del Municipio de San José de Chiquitos, un municipio en una etapa diferente de la transición del bosque.

Al inicio de nuestro análisis, en 1985, San Julián estaba cubierto en un 87% por bosque y menos del 10% era área dedicada a las actividades agropecuarias. El 2021, la cobertura de bosque se redujo a un 17% mientras que la cobertura agropecuaria pasó a ocupar el 80% del total del área del municipio. La agricultura industrial (color naranja claro) domina completamente el área ahora, mientras que “Mosaico”, típico uso de pequeños propietarios, se redujo desde 2010 (ver figura 4).

Figura 4: Cambios en la cobertura de suelo del Municipio de San Julián, 1985-2021

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Fuente: Elaboración de los autores basada en mapas de cobertura de MapBiomas.

De todos modos, los cambios en la Figura 4 reflejan cambios netos en los diferentes tipos de cobertura de suelo, lo cual potencialmente oculta otras transiciones que pueden ser de interés. Por ejemplo, puede que queramos distinguir entre bosque que se mantiene como tal desde 1985 del bosque que ha crecido recientemente después de un periodo de uso agrícola.

De acuerdo con los datos de MapBiomas, entre 1985 y 2021, más de 100 mil distintas trayectorias de transiciones fueron observadas para los aproximadamente 6 millones de pixeles en el Municipio de San Julián, pero algunas de ellas fueron mucho más frecuentes que otras (ver Figura 5). Solo el 9% del municipio es bosque que permaneció como tal desde 1985 al 2021. Esto significa que cerca de la mitad de la cobertura de bosque actual de San Julián ha crecido nuevamente despues de un periodo de uso agrícola. La transición más común (35%) fue directamente de bosque a agricultura que se mantuvo como tal hasta el final del periodo de análisis. Otro 13% fue de bosque a agricultura, pero con un paso intermedio como ‘mosaico de usos’ común entre los pequeños propietarios. 4% fue agricultura a lo largo de todo el periodo, sugiriendo que la agricultura puede potencialmente ser sostenida por un largo periodo de tiempo. 4% cambio de bosque a mosaico de usos y 2% creció nuevamente como bosque después de ser mosaico de usos por un tiempo. Miles de otras posibles trayectorias de cobertura de suelo fueron observadas pero la transición directa a agricultura fue por mucho la más común.

Figura 5: Frecuencia de las diferentes trayectorias de la cobertura de suelo en el Municipio de San Julián, 1985-2021 (%)

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Fuente: Elaboración de los autores basada en los mapas de cobertura de MapBiomas.

Cuando la mayor parte del bosque se convierte directamente en uso de suelo agropecuario permanente, la pérdida de bosque y la deforestación es prácticamente lo mismo. Pero esta situación no es la más común en Bolivia, especialmente no recientemente.

En un post anterior SDSN blog post, San José de Chiquitos fue identificado como un municipio con muy altas tasas de pérdida forestal reciente, tanto en términos absolutos como en términos relativos y per cápita. El blog utilizó datos de Global Forest Watch basados en Hansen et al. (2013), ya que eran los únicos datos disponibles públicamente en ese entonces. Los datos de MapBiomas ahora nos permiten explorar en más detalle el tipo de transiciones de la cobertura de suelo que ocurrieron en el municipio.

La Figura 6 muestra que 60% del municipio se mantuvo como bosque entre 1985 y 2021 y otro 4% se mantuvo como cobertura natural no forestal (NNF) a lo largo del periodo. Casi en dos tercios del municipio no hubo cambios que hayan sido detectados. Por mucho, la transición más común es el cambio de bosque a NNF, sin ninguna actividad agropecuaria involucrada. La explicación para este fenómeno puede ser tanto real (ej. Incendios forestales) o artificial (ej. Que el algoritmo de clasificación tenga problemas distinguiendo entre el bosque Chiquitano relativamente abierto y seco y el área natural no forestal).

Figura 6: Frecuencia de las diferentes trayectorias de la cobertura de suelo en el Municipio de San José de Chiquitos, 1985-2021 (%)

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Fuente: Elaboración de los autores basada en los mapas de cobertura de MapBiomas.

La gran cantidad de áreas que cambian entre bosque y cobertura natural no forestal es un desafío para la medición tanto de deforestación como de pérdida de cobertura forestal, ya que no está claro si estos son solo pequeñas variaciones naturales de las que no deberíamos preocuparnos o si el bosque está sometido a severos ataques de frecuentes incendios forestales.

La relación entre incendios y pérdida de bosque en San José de Chiquitos

De acuerdo al Sistema de Información y Monitoreo de los Bosques (SIMB), más de 38 mil incendios fueron detectados en el Municipio de San José de Chiquitos entre el 2010 y el 2020 a partir de los datos del sensor satelital de MODIS Aqua y Terra (2), entonces vale la pena analizar la relación entre los incendios forestales y la pérdida forestal con más detalle.

De acuerdo al Sistema de monitoreo y alerta temprana de riesgos de incendios forestales – SATRIFO, el 2019 un área de alrededor de 200 mil hectáreas fue quemada en el Municipio de San José de Chiquitos. La Figura 7 muestra la cobertura de suelo dentro de las áreas quemadas antes (2018), durante (2019) y después (2020) de los incendios del 2019. Antes de la quema, 61% del área era bosque y 32% era natural no forestal, pero después de los incendios el área de bosque bajó a 36% mientras que el área natural no forestal se incrementó a 55%. Mientras que, el área agropecuaria solo incrementó de 7% en 2018 a 9% en 2020.

Para comparar, la figura 8 muestra como cambió la cobertura de suelo fuera de las áreas de incendio del 2019 y el área natural no forestal se mantuvo constante alrededor del 12%.

De este modo, parece ser que los incendios forestales son responsables de la mayoría de los cambios de bosque a área natural no forestal. Debido a que solo una pequeña parte del área quemada se convirtió en cobertura agropecuaria, puede que lo demás sea clasificado nuevamente como bosque de aquí a un tiempo. Las figuras 7 y 8 juntas sugieren que los incendios forestales, más que errores de clasificación, son la razón principal de los repetidos cambios entre bosque y área natural no forestal en San José de Chiquitos.

Figura 7. Cobertura de suelo dentro de las áreas quemadas en los incendios forestales del 2019 en San José de Chiquitos

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Fuente: Elaboración de los autores basada en los mapas de cobertura de suelo, así como en los datos de cicatrices de incendio del 2019 de SATRIFO (https://incendios.fan-bo.org/Satrifo/descargas/).

Figura 8.  Cobertura de suelo afuera de las áreas quemadas en los incendios forestales del 2019 en San José de Chiquitos

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Fuente: Elaboración de los autores basada en los mapas de cobertura de suelo, así como en los datos de cicatrices de incendio del 2019 de SATRIFO (https://incendios.fan-bo.org/Satrifo/descargas/).

El cambio de cobertura de suelo de bosque a área natura no forestal contaría como deforestación de acuerdo a la definición boliviana, pero no así por la definición de la FAO, ya que no hay cambio en el uso de suelo.

Deforestación anual en Bolivia 1985-2021

Dadas las diferencias en las definiciones tanto de bosque como de deforestación, así como los desafíos prácticos en la medición de la deforestación a partir de las imágenes satelitales, es entendible que las estimaciones de la deforestación puedan diferir.

La Figura 9 resume las estimaciones que podemos encontrar en la deforestación/pérdida de cobertura forestal en Bolivia desde 1985. Las series de MapBiomas son las más largas y mejor documentadas, pero recién se hicieron disponibles desde abril de 2023. Antes de esto, los datos de Hansen et al. (2013) era la serie de tiempo más larga disponible. Esta última es ampliamente usada ya que cubre a todo el planeta y los mapas anuales de alta resolución de la pérdida de cobertura arbórea están disponibles de manera abierta. Sin embargo, los detalles metodológicos detrás de estos datos no han sido publicados, entonces los datos no pueden ser replicados ni mejorados por otros. La autoridad boliviana a cargo de medir y controlar la deforestación, ABT, publica imágenes anuales de la deforestación, pero los mapas y la metodología no está disponible públicamente. El SERNAP, la entidad encargada de las áreas protegidas, analizó imágenes satelitales de 1990, 2000 y 2010 para estimar la deforestación neta entre esas décadas (SERNAP et al., 2013). Finalmente, como parte de sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas y sus compromisos con la UNFCCC, Bolivia está en proceso de establecer un sistema de monitoreo forestal, en enero de 2023, Bolivia ha publicado su primer Nivel de Referencia de Emisiones Forestales (FREL por sus siglas en inglés) que abarca el periodo 2016-2021 (Bolivia, 2023).

De la Figura 9, se puede notar claramente que hay grandes diferencias en las estimaciones anuales de deforestación. Los gráficos del SERNAP son sistemáticamente más bajos debido a que realizaron estimaciones netas por década en vez de estimaciones anuales. Las estimaciones de MapBiomas muestran una ligera tendencia ascendente a lo largo del tiempo, pero no tan pronunciada como las estimaciones de Hansen o de las oficiales de FREL. Mientras que la deforestación medida por la ABT es casi constante entre 2016 y 2021. Para 2021, tres estimaciones coinciden que la deforestación está justo por debajo de 600 mil hectáreas, mientras que la ABT encuentra solo la mitad. Para el 2019, la pérdida forestal registrada por Hansen et al. Es casi el triple de la deforestación registrada por la ABT.

Figura 9: Pérdida forestal/deforestación en Bolivia, 1985-2021, de acuerdo a diferentes fuentes

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Fuente: Elaboración de los autores basada en los datos de MapBiomas (2023), SERNAP et al. (2013), Hansen et al. (2013), ABT (2023) y Bolivia (2023).

Observaciones finales

Los bosques son sistemas altamente diversos, vivientes y en constante evolución y no así un concepto binario. Esto hace difícil determinar sin ambigüedades qué es bosque y aún más difícil determinar qué es deforestación.

Diferentes instituciones han desarrollado diferentes estimaciones de la deforestación en Bolivia y, debido a sus diferentes metodologías, han llegado a diferentes resultados. Es difícil determinar cuál estimación es la mejor, pero las estimaciones más útiles son aquellas que cuentan con la mayor cantidad posible de los siguientes criterios:

  1. Proporcionar acceso abierto a los datos espaciales subyacentes, así como a las tabulaciones relevantes.
  2. Proporcionar documentación detallada sobre las definiciones y la metodología para permitir la replicación y las mejoras.
  3. Hacer buen uso de todos los insumos disponibles.
  4. Aplicar métodos reconocidos internacionalmente.
  5. Aplicar la metodología consistentemente durante el máximo periodo de tiempo posible.
  6. Permitir la comparación con otros países.
  7. Ser reconocidas como estimaciones oficiales del país.

Por el momento, no contamos con ninguna estimación que cuente con todos los criterios de utilidad, pero con el proyecto de MapBiomas Bolivia ciertamente estamos mucho más cerca. Antes de este año, muy pocos mapas de cobertura estaban disponibles para Bolivia, y no eran necesariamente comparables, bien documentados o públicamente disponibles. El conjunto de datos de MapBiomas recientemente publicado constituye un gran impulso para la investigación sobre la deforestación y sus causas en Bolivia.

El gobierno boliviano está trabajando actualmente en el establecimiento de un sistema oficial certificado de Medición, Reporte y Verificación (MRV), que se espera cumpla con todos los criterios anteriores y ayude a reducir la incertidumbre sobre la deforestación en Bolivia.

Notas

  1. El algoritmo de aprendizaje automático mas utilizado para la clasificación de cobertura de suelo irónicamente se llama “Random Forest” (‘Bosque aleatorio’ en español), ya que está basado en un conjunto de árboles de decisión para decidir qué tipo de cobertura es más probable que tenga cada pixel.
  2. Se pueden generar reportes municipales desde la página web interactiva de SIMB: https://simb.siarh.gob.bo/simb/statistics_heat_sub.

 

Referencias

ABT (2023). “Informe de Rendición Pública de Cuentas Final: Gestión 2022.” La Paz, Bolivia: Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra. 13 de febrero de 2023. Disponible en: https://www.abt.gob.bo/images/stories/audienciaPublica/2022/audienciafinal/informefinal2022.pdf

Bolivia (2023). “Nivel de Referencia de Emisiones Forestales por la Deforestación del Estado Plurinacional de Bolivia”. Ministerio de Medio Ambiente y Agua. Disponible en: https://redd.unfccc.int/files/bo_nref_v1_20230123_final.pdf

Balboni, C., Berman, A., Burgess, R., Olken, B. A. (2022). “The Economics of Tropical Deforestation.” https://economics.mit.edu/sites/default/files/2022-09/ARE_Tropical_Deforestation-3.pdf

FAO (2023). “Terms and definitions FRA 2025” Forest Resources Assessment Working Paper 194. Food and Agriculture Organization of the United Nations. Disponible en: https://www.fao.org/3/cc4691en/cc4691en.pdf

Hansen, M. C., P. V. Potapov, R. Moore, M. Hancher, S. A. Turubanova, A. Tyukavina, D. Thau, S. V. Stehman, S. J. Goetz, T. R. Loveland, A. Kommareddy, A. Egorov, L. Chini, C. O. Justice, and J. R. G. Townshend (2013). “High-Resolution Global Maps of 21st-Century Forest Cover Change.” Science 342 (Noviembre 15): 850–53. Datos disponibles en: https://earthenginepartners.appspot.com/science-2013-global-forest

MapBiomas (2023). MapBiomas Bolivia Colección 1.0. Disponible en: https://bolivia.mapbiomas.org

SERNAP, MHNNKM, CI-Bolivia (2013). “Deforestación y regeneración de bosques en Bolivia y en sus Áreas Protegidas Nacionales para los periodos 1990–2000 y 2000–2010.” Servicio Nacional de Áreas Protegidas, Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado, Conservación Internacional–Bolivia, editores. La Paz: SERNAP. Datos disponibles en: http://geo.gob.bo/download/?w=SERNAP&l=cambio2000_2010_WGS84 

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